miércoles, 21 de noviembre de 2012

La muestra en la investigación

En la anterior entrada que daba comienzo a nuestro blog ahondamos sobre la relevancia del cronograma a la hora de elaborar un proyecto de investigación; en este tema vamos a decantarnos por un concepto de gran importancia en la investigación: la muestra.

Por lo general, es imposible o poco práctico observar la totalidad de los individuos que son objeto de una investigación, sobre todo si estos son muchos. En lugar de examinar el grupo entero – llamado población o universo –, se examina una pequeña parte del grupo denominada muestra.

"Se llama muestra a una parte de la población a estudiar que sirve para representarla", según Murria R. Spiegel (1991).


"Una muestra debe ser definida en base de la población determinada, y las conclusiones que se obtengan de dicha muestra solo podrán referirse a la población en referencia", tal y como afirma Cadenas (1974).


El Tamaño de la Muestra


Este es un tema que nos resulta especialmente interesante; vimos en clase que una investigación experimental permite trabajar con muestras más pequeñas, mientras que una investigación descriptiva precisa de muestras más grandes; pero… ¿cómo sabremos que el tamaño de nuestra muestra es el apropiado?
Kerlinger (1992) señala que el principio de investigación y muestreo es utilizar muestras grandes, pues las muestras pequeñas tienen mayor probabilidad de estar desviadas.  




Conviene señalar que en algunos casos resulta peligroso el uso de muestras demasiado grandes. Los resultados obtenidos pueden ocultar efectos importantes evidenciados en algunas variables, los cuales quedan ocultos dentro de los reducidos índices de variabilidad propios de las muestras grandes.

A nuestro parecer, para planear el tamaño de la muestra con precisión el investigador debe:
  • conocer el tamaño de la población objeto de la investigación.
  • estar en capacidad de calcular su desviación estándar.
  • poder establecer la extensión del error permisible. 
     
Para nosotros, la importancia de una buena muestra radica en que a partir de ella se puedan deducir las características de toda la población que nos interese para nuestra investigación; esto es, que se puedan obtener conclusiones consideradas válidas para todo el conjunto poblacional. En una palabra, la muestra debe ser representativa.

En resumidas cuentas, la representatividad es una característica indispensable de una buena muestra, prevaleciendo sobre el tamaño de esta.

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